En 1679 el físico francés, Denis Papin, inventó el digesteur  o "digestor a vapor" en un esfuerzo por reducir el tiempo necesario para cocinar alimentos. Este recipiente hermético utiliza presión de vapor para incrementar el punto de ebullición del agua y como resultado cocinar más rápido, de manera que alimentos difíciles de ablandar como la carne, frijol, maiz, papa, etc. pueden cocinarse con mayor facilidad.

Al mantener el sistema cerrado con una válvula de escape, el calor recibido incrementa la presión y la temperatura al interior de la olla. Cuando se llega a una presión crítica, la válvula deja escapar el vapor de agua y se reduce de esta manera el peligro de una explosión.

La presión del vapor y del aire al interior de la olla, no permite que el líquido comience a hervir y por lo tanto la temperatura se eleva más de lo normal. En condiciones normales el agua hierve a 100° C., en una olla a presión alcanza 120°C., de esta manera se reduce en un 70% el tiempo de cocción de los alimentos y se conservan sus propiedades, sabor y olor.