¿Quién es Adriana Ocampo?

¿Qué hace Adriana Ocampo?
No es una mujer común y corriente, ella vive en la luna, mirando para el cielo, para las estrellas y hasta hurgando toda clase de órbitas y de sistemas solares, porque su profesión le exige ese nivel de apasionamiento y de estudio. Su nombre es Adriana Ocampo, nada desconocido para el mundo científico, en el que se le compara con Marie Curie (premio Nobel de física y química), por su tenacidad y por la importancia que han tenido sus grandes hazañas al espacio, como la Voyager, Viking, Mars Observer y Express. (acá 'Las mujeres llevan las riendas del progreso').
¿Qué es la Misión Juno?
Aunque especialmente por la Misión Juno, enviada en agosto del 2011 hacia Júpiter en el cohete Atlas V551, la nave robot más rápida que ha construido el hombre, impulsada por tres paneles solares fotovoltaicos, que solo demora 18 horas en cruzar la órbita de la luna, y que recorrerá 2.800 millones de kilómetros y avanzará a 270 mil kilómetros por hora, con el fin de llegar a este planeta.
Ella es la cabeza de toda esta operación, junto con un equipo de 200 personas. Y es una de las más destacadas científicas colombianas, que desde hace más de 30 años trabaja en la Nasa, y que se desempeña como la administradora del programa de ciencia, en la sede del Directorio de Misiones Científicas, en la que lidera a cada una de las misiones espaciales. (Mujeres internautas, activas en el mundo de la tecnología).
Estudió ingeniería aeroespacial en la California State University, de Los Ángeles, en donde luego haría un posgrado en geología planetaria, después de ver unas imágenes de Marte que, según ella, tenían mucho parecido con los desiertos terrestres. "Se me abrió un apetito muy fuerte por el tema de la geología de otros planetas", sostiene.
Adriana ha sido una ficha clave para las investigaciones de la Nasa y una de las mujeres más destacadas de la ciencia mundial. Su trabajo dedicado la ha llevado a recibir un gran número de premios, como el de la 'Mujer del Año de las Ciencias' en 1992, en los Estados Unidos; al igual que a aparecer en revistas tan influyentes, como Discovery, que la califica como una de las personas más importantes de la tecnología y de la astronomía, y de ser protagonista de libros como el de 'Interacciones Científicas' o el de 'Mujeres de Esperanzas Latinas'. (Las mujeres buscan verse cada día más bellas y elegantes).
La científica Ocampo Uria es administradora del Programa de Ciencia de la NASA en la sede del Directorio de Misiones Científicas, en la División de Ciencias. Es la ejecutiva encargada de la Misión Juno a Júpiter, que involucra a cinco países, y también de la Misión Nuevos Horizontes, a Plutón. Ella es, además, el científico principal y “responsable de la colaboración de la NASA en la Misión Venus Express de la ESA, JAXA órbita de Venus Climático, y el Grupo de Análisis de Exploración de Venus (VEXAG), que desarrolla planes estratégicos y evaluaciones para la exploración de este planeta”.
¿Cómo nació ese gusto por el espacio?
"Desde muy pequeña, en mi natal Barranquilla, el espacio fue algo que capturó toda mi imaginación. Sentía una enorme curiosidad por saber por qué aquellos puntitos, que parecían moverse en el firmamento, brillaban unos más que otros. Me subía insistentemente a la terraza de mi casa, y los observaba con mucho detenimiento. Sin duda, ese era un llamado que las estrellas me hacían, y que tuve la fortuna de obedecer.
"Este era un estudio poco conocido y explorado en Colombia, pero mis padres fueron grandes cómplices de este sueño, y su apoyo y confianza me llevaron a 'las grandes ligas'. Mi papá, oriundo de Popayán, haciéndome cuarto en esta locura, me ayudó a construir un telescopio, que me acompañaba por doquier, hasta cuando nos fuimos a vivir a los Estados Unidos. Allí, al momento de bajarme del avión, lo único en que pensé fue 'este es mi camino a la Nasa'".
¿Cómo llegó a la Nasa?
"Cursaba secundaria, pero me enteré de que la Nasa le daba la oportunidad a jóvenes de trabajar en sus laboratorios en la época de verano, con el objetivo de incentivarlos a estudiar carreras relacionadas con la ciencia y tecnología. Así que me postulé y pasé, pese a no saber nada de inglés.
"Inicié en el Jet Propulsion Laboratory (JPL), que es la posición más baja, pero yo me sentía como en el 'Disneylandia' de la ciencia. Allí me dejaron seguir laborando tiempo parcial. Luego, después de graduarme de mis estudios escolares, inicié en la universidad ingeniería aeroespacial, cuya preparación pagaba con el sueldo que devengaba en la Nasa. Esta experiencia me permitió subir a la División del Programa a Marte y al de Tierra Sólida y Natural. Y de aquí siguieron otras posiciones".
¿Las latinas hoy demuestran interés por estos temas?
"Bastante, especialmente en Colombia, desde donde han llegado varias interesadas en pertenecer a la Nasa. Pienso que la juventud reclama este tipo de oportunidades en todos los países de la región. Justamente en febrero me sorprendió que un grupo de alumnas de un colegio, en nuestro país, crearon un cohete de casi dos metros, con una pequeña carga química y de reducida cámara. Este tipo de experimentos ameritan grandes empujones.
"Ante esto, siento la necesidad de ayudar a jóvenes inquietas por estas materias, para que puedan penetrar al mundo de la ciencia. Es así como crearé la primera agencia espacial colombiana. Este es un sueño que aterrizaré muy pronto".
Según cifras de la Nasa, de los 18.544 empleados que hacen parte de sus 11 centros, 6539 son mujeres, de las que 417 son hispanas.
¿Las mujeres son vitales para las investigaciones?
"Completamente. Por eso, la Nasa hoy emprende programas para invitarlas a que encaminen sus carreras hacia las ramas de ingeniería, matemáticas y tecnología. Así mismo, en las misiones que emprendemos tenemos la obligación de destinar el 10 por ciento de los recursos para apoyar a los jóvenes en la educación en estos campos".
¿Cuáles son sus planes futuros en la Agencia?
"Seguir trabajando con la misma responsabilidad de siempre en la conquista del espacio, con mis ojos siempre bien puestos en la realidad 'astronómica'".
Tomado de: https://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-11303261